Cuando el hombre encerró la luz tras los cristales del arcoiris
Ésta podría ser una definición de "La Vidriera" como cualquier otra. Pero, seguramente, quien mejor la podria definir sería aquel que fue uno de los primeros vidrieros en Valencia.
Desde hace más de un siglo, un joven llamado José Muria Gil (en adelante mi abuelo) empezó en este bello arte, trabajando en la conocida "Cristalería Prat de Valencia". Él participó activamente en la elaboración de las vidrieras del "Palacio de la Exposición", inaugurado en 1909.
Al comenzar la Guerra, se trasladó a Alacuás junto a sus hijos José, Juan y Salvador, a quienes transmitió sus conocimientos.
(José Muria Gil) |
Al comenzar la Guerra, se trasladó a Alacuás junto a sus hijos José, Juan y Salvador, a quienes transmitió sus conocimientos.
Al concluir la misma, en 1942, volverían a Valencia para instalarse en la Calle Escolano.
Tras la muerte de mi abuelo, mi padre Salvador y mi tío Juan estuvieron 40 años realizando verdaderas fantasías de cristal.
Así, llegamos a 1975, cuando yo, José Muria Vilaplana, heredero de estos grandes maestros vidrieros, comencé mi aprendizaje siendo aún un niño, practicando las técnicas básicas de corte, ensamblaje y emplomado.
En 1980, mi padre Salvador empezó su andadura en solitario en la Calle Doctor Monserrat, próximo a las Torres de Quart. Allí heredé el oficio de mi padre, que he ejercido hasta el día de hoy.
En mis muchos años de formación y experiencia profesional, recibí un curso de dibujo artístico en "Artes y Oficios", impartí clases como monitor durante dos años de la "Escuela Taller Palacio de Exposición III" para el Ayuntamiento de Valencia. De la misma forma, repetí dicha labor en la "Fundación para el Pacto y el Empleo" de la Ciudad de Valencia, entre otros trabajos civiles, públicos y particulares.
Me siento orgulloso de poder formar parte de la historia de mi familia, de compartir su apellido y, sobretodo, el noble arte que los hizo grandes.
José Muria Vilaplana.
(Salvador Muria Martí) |
José Muria Vilaplana.